La educación popular dentro de las Ciencias Sociales, y desde la pedagogía más precisamente, promueve el aprendizaje a partir de la reflexión sobre las propias prácticas cotidianas de las personas, sus experiencias, sus conocimientos, en el contexto social donde se desarrollan sus vidas.
El aprender en el contexto social en el que se vive, sin asistir a una institución educativa formal da otras oportunidades, al decir de Paulo Freire, refriéndose a la escuela para la educación popular como el lugar donde se hacen amigos…donde sobre todo hay gente, gente que trabaja, que estudia, que se alegra, se conoce, se estima. Y asegura que la escuela será cada vez mejor, en la medida que cada uno y una se comporte como compañera, compañero, amigo, amiga, hermano, hermana.
El objetivo central de la educación popular es crear la posibilidad de desarrollar el sentido crítico y la reflexión de sus participantes para tomar conciencia de cómo sus experiencias personales están conectadas con problemas sociales de índole más generalizada.
Esta “desnaturalización” de la realidad permite comenzar a generar un proceso de transformación de esa sociedad, a partir del diálogo, el encuentro y la reflexión donde todos y todas educan, se autoeducan produciendo conocimiento popular y colectivo.
Este aprendizaje le da a cada participante la oportunidad de crear conocimiento y multiplicar lo aprendido en su entorno inmediato (trabajo, hogar, escuela, partido político, sindicato, organización)
Las escuelas populares de género proponen el encuentro de personas provenientes de contextos y territorios diversos en un espacio para problematizar y dialogar situaciones de su vida cotidiana atravesadas por problemáticas de género en equipos de trabajo integrados por personas de barrios, sectores socioeconómicos y nacionalidades diferentes.
La reafirmación de la pertenencia al contexto social propio de las/los asistentes es fundamental para abandonar el modelo tradicional de educación formal, jerárquica y hegemónica con que hemos crecido.
Es importante señalar que la definición de conceptos, la lectura y la escritura no son excluidos por los procesos de educación popular, sino incorporados en su beneficio.
Conceptos tales como patriarcado, género, estereotipos de género, sexismo, serán revisados a partir de materiales audiovisuales, lúdicos problematizando las relaciones de poder en torno al género.
La democratización de la palabra y la construcción colectiva son fundamentales para poder contar con los conocimientos provenientes de las personas.